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martes, 8 de diciembre de 2015

Informe Especial. Toda la verdad sobre la anaconda del Yacuma, Beni, Estado Plurinacional de Bolivia, día 10


Para las 6:00 ya estoy despierto, todavía es de noche pero la idea es salir hasta la pampa para contemplar el amanecer desde la ribera de enfrente.7:00 embarcamos y navegamos un corto trecho río arriba. Amarramos la canoa y atravesamos la espesa selva que bordea al Yacuma, en realidad el espesor de esa capa compacta es en algunos lugares muy pequeño y tras esa jungla sobreviene una pampa infinita llena de pantanos que en verano se inunda por completo haciendo desaparecer el cauce del río, conformando un gran mar de agua del cual solo sobresalen los árboles más altos.

7:36
7:38
7:39
De vuelta al lodge
La barranca bajo mi cabaña

Mi cabaña (puerta derecha)


8:38, vamos en búsqueda de la anaconda

El guía presagia lluvia para dentro de las tras próximas horas, así que tenemos que apurarnos para desayunar, para luego salir a la caza de la anaconda, la principal aventura que contiene el tur a las Pampas del Yacuma. Muy buen desayuno, botas altas de goma calzadas, impermeable puesto y nada, salimos primero hacia los bañados ubicados detrás del lodge, zona de avistaje de serpientes.


Zona intermedia de selva, río y pantano detrás del complejo, los dos guías se adelantan revisando los sitios donde suelen encontrarse los ofidios en cuestión.


No encuentran nada en los lugares habituales y deciden que partamos río abajo, hacia una zona de pantanal mucho más grande que ofrece más posibilidades de avistaje.
Durante el camino nos advierten sobre las especies venenosas que abundan en la región, nos indican que vayamos muy atentos a los sonidos, que pisemos sobre lugares seguros, que ante una picadura poco hay por hacer, que bajo ningún punto de vista nos separemos del grupo, ni nos quedemos relegados jugando al niño explorador, consejos muy útiles, pero dentro de mí pienso que si la cosa fuera tan brutal no expondrían a un grupo a ser atacado por cobras, cutuchis, cascabeles y anacondas de 6 metros, no dudo que dentro del ecosistema de las pampas existan tales depredadores, pero estoy convencido que los senderos que nos harán transitar son relativamente seguros.
Embarcamos y navegamos río abajo durante unos 15 minutos, bajamos y en fila india atravesamos la pequeña pantalla de selva espesa hasta llegar a una pampa pantanosa de infinito horizonte. Un guía va por delante, los seis vamos en el medio y cierra la procesión el otro guía, ambos armados con sendos palos y cuchillos. La caminata es segura vamos por senderos abiertos, y atravesamos pequeños sectores de pastos altos que nos llegan hasta las rodillas, ahí sí que no vemos por donde pisamos, pero no hay agua, todo es tierra firme. Pasados unos 40' uno de los guías se separa y toma otra dirección aduciendo que recorrería un territorio donde suele habitar un ejemplar.
Avanzamos un corto trecho y desandamos camino yendo hacia el posible anidadero. La espectativa del grupo es alta porque creo que todos entendemos la jugada, siempre va a haber aunque sea una anaconda, siempre habrá un delfín rosado y las pirañas están descontadas porque en el río hay miles.
Llegamos y efectivamente bajo un pajonal sobre un área de bañados hay una serpiente.


La misma comenzó a moverse tras el hostigamiento que le provocan los guías, todos nosotros nos hallamos sobre una minúscula porción de tierra seca, rodeados de pantanal. De repente la anaconda de unos 3 metros y medio sale de su escondite, se sube al terreno seco donde estábamos todos y encara hacia mi posición, lo primero que atino es a separar bien las piernas mientras que el coordinador principal me grita !Quedate quieto, no hagas ningún movimiento, no muevas los pies, quieto!.

11:12 y mi pié derecho (1)
Si estás sólo y te ataca, me parece que no llegás ni al empate


Efectivamente tuve la suerte que la anaconda pasara entre mis pies, a la derecha abajo se puede ver el calzado del pié derecho (1). Existía el riesgo que ante un movimiento brusco la serpiente me enrollara la pierna hasta hacerme perder el equilibrio para luego, una vez caído, seguir enrollando el tronco hasta asfixiarte para después comerte, obviamente ante una alternativa tan extrema para eso estaban los palos y los machetes, pero esa es la mecánica de ataque de anacondas y pitones, no muerden, asfixian.
En Yacuma hay registros de serpientes de hasta seis metros de largo, así que mejor no menospreciar la fauna, ni el lugar. El grupo toma la decisión de seguir avanzando ante la posibilidad de hallar más ejemplares, yo digo, muchachos para mí ya está, no creo que vuelva a estar en una situación como ésta, pero como uno acepta la democracia de las mayorías continuamos la marcha.

11:50
11:55

A las 11:45 comenzamos a caminar, primero por terreno abierto y seco, luego por pantano, después entre vegetación que nos llega a la cintura y sobre una superficie blanda que hunde nuestras piernas hasta casi las rodillas, provocando un efecto de entierro y succión a cada paso, sin ninguna chance de ver por donde uno pisa teniendo en cuenta las recomendaciones iniciales de los guías, de todas maneras parte del grupo, 3 personas insisten en proseguir y el resto, 3 personas comentamos que comienza a ser una locura avanzar por mucho trecho más, para colmo Dany, uno de los referentes anuncia que en menos de media hora tendremos lluvia y fuerte.

12:23

Convenimos llegar hasta la laguna, parece cerca y fácil pero a cada paso te enterrás más y más.

12:25

Comenzó a llover y todavía estamos lejos de la laguna, ahora la ecuación se revierte y los seis decidimos volver. Tardamos más de una hora en llegar por otro camino al bote, completamente embarrados, ya que el barro se metió dentro de nuestras botas y empapados por la torrencial lluvia que se desató. Minutos antes de las 14:00 estábamos en el lodge limpiándonos y esperando el almuerzo que por suerte llegó pronto, pollo, lentejas en salsa, papas con perejil y ensalada de coliflor con brócoli. La lluvia amainó y el sol ya se hace sentir. Nos vamos a descansar hasta las 16:00 hora en que saldremos a pescar pirañas para la cena. El calor agobia y la humedad sobrepasa los 140%.

El Yacuma frente a la cabaña

16:05 partimos

Navegamos por el Yacuma río arriba por espacio de unos 40', el río sigue meandroso, en partes se achica y en otras sobre todo durante alguna curva se ensancha al doble, pero siempre flanqueado por esa fina capa de selva. La fauna acompaña todo el viaje, pero a estas alturas ya nadie toma fotografías, ya somos parte del paisaje  y por un momento me viene a la cabeza una imágen de la película Aguirre, la ira de Dios de Werner Herzog, donde el explorador Lope de Aguirre surca un río como éste en busca de El Dorado y termina sólo en su balsa atacado por cientos de pequeños monos


Nos ubicamos perpendicular al río y nos dan carnada (carne) y una pequeña línea. Como parece ser mi día de suerte, pesco la primera piraña de tamaño considerable para ser comestible, quedamos que no nos quedaríamos con ninguna pieza pequeña, así que ya tenía asegurada la "cena". Al final todos pescamos por lo menos una y perdimos más de 100 que mordían la carnada, limpiaban el anzuelo y huían demostrando tener más cerebro que seis personas supuestamente instruidas. Naturaleza 100-Cultura 7.


Pasadas las 18:00 volvemos al lodge, contentos por todas las vivencias y aprendizajes a los que fuimos sometidos en el día de hoy, sin duda un día excelente y brutal como la naturaleza misma del Amazonas.


Aguirre, personificado por el genial Klaus Kinski

La cena estuvo muy animada, el grupo estaba consolidado y pese a la diversidad de lenguas, todos nos hacíamos entender. Comimos espagueti con salsa y piraña frita con ensalada de pepinos y tomate.
De una piraña grande se rescatan siete u ocho bocados exquisitos, el resto es todo espinazo. Nos vamos pronto al bar, lugar que concentra al único TV del complejo porque hoy, viernes 4 de setiembre juegan Bolivia y Argentina, cervezas mediante, esperamos pero no televisaron el partido y terminamos viendo un reality boliviano conducido por el fan de Wanda Nara, no por Dios!, mejor que me coma la anaconda.
23:50 cortan la luz y a esa hora toma el control la naturaleza infernal, la hora en que todos cazan, de ahí los sonidos a zambullidas de caimanes, lagartos y capibaras, el chirrido de los murciélagos y hasta los saltos de las pirañas que buscan en los bordes de la barranca algún bocado suculento, es cierto todavía faltaban los monos, nunca vimos uno, quizás se hayan ido con Aguirre y ahora sean los amos guardianes de El Dorado







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