Recuerdo haberme despertado bien temprano esa fría mañana con la idea fija de caminar sobre el puente ferroviario ubicado a la salida de San Antonio, se vé que el intenso dolor de cabeza que padecí durante la noche alteró el funcionamiento de las neuronas y así nomás salí rumbo al objetivo. Lo encaré de una, saqué un par de fotos desde la mitad y de repente tomé conciencia que estaba haciendo equilibrio sobre una estrecha cinta de menos de un metro de ancho, los metros restantes fueron interminables porque un arrebato de pánico había ganado la escena.
Volví para el hotel a la espera que me pasaran a buscar con el orgullo de la misión cumplida pero con el consabido reproche de para que arriesgarse.
Era la tercera vez que me encontraba con el gigante escondido, la gran obra maestra de la ingeniería ferroviaria argentina y sin exagerar mundial. El Polvorilla es el viaducto 14 dentro del recorrido de 571 kilómetros que separan Salta de Socompa en la frontera con Chile. Fue construído entre 1930 y 1932 por la empresa italiana Monfalcone con una altura máxima de 63 metros y una longitud total de 223,5 metros.
Desde el nivel de piso se accede al mismo por un zigzag esculpido sobre la cabecera Este y se puede recorrer en su totalidad sin problemas ni sobresaltos.
Recorrerlo en solitario es una experiencia muy conmovedora ya que se puede percibir ese diálogo entre obra y naturaleza.
La próxima parada resulta ser el punto más alto de la nacional 51. Alto Chorrillo trepa hasta los 4540 metros, luego desciende un poco en busca del pueblo consolidado más alto del país, Olacapato.
Olacapato nace en 1941 en torno a la estación del C14, sus habitantes son ocupados por el ferrocarril y la minería, actividades que sufrieron profundas mermas en las décadas del 80 y 90, hoy la industria del bórax y del ácido sulfúrico ocupa a sus pobladores que resisten el aislamiento, la contaminación, la altura y el frío que puede llegar a los cincuenta grados bajo cero.
Olacapato con sus 186 habitantes posee el 0.0006 % de la población total del país, debido a que resulta ser un paraje "muy retirado e inhóspito de la Puna", en setiembre de 2011 se instaló allí una planta productora de ácido sulfúrico. Según el responsable de la empresa Manufacturas de los Andes la misma trabaja sobre el concepto "minería limpia y responsable y tiene toda la papelería en regla contradiciendo al intendente que insiste en que jamás el municipio le otorgó permiso alguno para su radicación. El tema es que la fábrica no pudo instalarse en Campo Quijano por la resistencia de la población y la audiencia pública que se realizó para que vecinos y autoridades pudieran plantear oposición al proyecto se realizó cuando la planta estaba casi concluída, pero bueno, recordemos 186 habitantes, 0.0006 % de la población nacional, 4100 metros de altura, ausencia de transporte público, silencio, invisibilidad...
http://www.noalamina.org/mineria-argentina/salta/item/7355-un-pueblo-en-riesgo-por-el-acido-sulfurico
Unos cuantos kilómetros más adelante aparece el pueblo fantasma de Laguna Seca con su estación de trenes y unas cuantas casitas que quedaron en el olvido cuando en 1985 se levantó el servicio de pasajeros del C14.
La soledad de Salar de Pocitos
Caucharí y Salar de Pocitos son los últimos pueblos que tocamos en nuestra marcha hacia el Oeste, el retorno será no por la 51 sino por Santa Rosa de los Pastos Grandes, otro pueblo minúsculo con un nombre genial.
Conductor, guía y aprendiz
La provincial 129, una huella a veces imperceptible se pierde entre salares y montañas rojizas, trepa hasta el cielo en el Abra del Gallo y se viste de verde cuando el agua de las vegas se hace presente.
El pueblo de Santa Rosa se ubica a 4200 metros, sobre una vega surcada por el río Pastos Grandes que desemboca en el salar homónimo. La economía del lugar se caracteriza por el pastoreo de rebaños de llamas, la producción de pequeñas cantidades de habas y alfalfa y recientemente por explotaciones mineras de bórax y litio que desembarcaron en los salares cercanos.
El volcán Quevar con sus 6200 metros se encarga de la eterna custodia de los 136 habitantes que viven y sobreviven en este enclave extremo de la puna salteña.
La historia grande cuenta que inicialmente fue asentamiento de la cultura Atacama, que en 1475 el imperio Inca ocupa el lugar, construyendo un santuario y lugar de sacrificio de vírgenes en la cima del Quevar, hasta el 1535, fecha en que la conquista española ocupa el territorio.
En 1900 Santa Rosa fue designada capital del Departamento de los Pastos Grandes perteneciente a la Gobernación de los Andes, estatus que mantuvo hasta 1943 cuando tal gobernación desaparece pasando a integrar la Provincia de Salta, dentro del Departamento Los Andes.
Abra del Gallo
La jornada concluyó con un rico cabrito a la parrilla en casa de mis nuevos amigos cobrenses, quienes volverán a tener activa participación en la aventura programada para el día 7, cuando por fin pude pisar el suelo al borde del cielo.
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