Hay varias agencias que organizan acercamientos a la problemática minera, en este caso el recorrido nos lleva a la Mina Rosario, emprendimiento que permitía incluso un pequeño entrenamiento cargando de material una vagoneta, hecho que te deja exhausto y te ubica inmediatamente en la dimensión del trabajo que realiza el minero y en la perspectiva de lo que ha significado hasta no hace mucho tiempo el sometimiento a esclavitud de los operarios para satisfacción de los imperios que hoy visten de oro y plata sus templos, palacios y conciencias.
La última foto nos muestra al Tío, fetiche reverenciado por los trabajadores que le ofrendan coca, tabaco y alcohol a cambio de protección y fortuna en las tareas.
La visita es sumamente recomendable y posiblemente nadie se entere del sufrimiento y la explotación a raíz de la experiencia, sí seguramente acrecentará la conciencia y la lucha sobre la defensa de justas condiciones de vida para todas las personas.
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